Esta foto de archivo del 2012 muestra balas confiscadas en Ciudad Juárez, México. Después del asesinato del padre Luis López Villa, de 71 años de edad, en un suburbio de Ciudad de México el 5 de julio, el obispo auxiliar Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la conferencia episcopal mexicana, dijo a la prensa local que los sacerdotes están preocupados por el alarmante nivel de violencia contra ellos. (Foto CNS/Alejandro Bringas, EPA)

Por David Agren
Catholic News Service

CIUDAD DE MÉXICO (CNS) — Autoridades encontraron el cuerpo de un sacerdote de 71 años de edad, asesinado el 5 de julio en un suburbio de Ciudad de México. El incidente marca un ataque más contra el clero en un país experimentando un alto nivel de homicidios.

El P. Luis López Villa, pastor de la Parroquia San Isidro Labrador en el agreste municipio de Los Reyes La Paz, fue descubierto en su hogar con las manos atadas y apuñalado en el cuello.

La Diócesis de Nezahualcóyotl, que le sirve a los suburbios establecidos por invasores de tierras al este de la capital nacional, confirmó el ataque en un comunicado del 6 de julio. La oficina del procurador general del estado de México dijo que los agresores habían entrado a la residencia parroquial para robar.

“El presbiterio y fieles laicos de la Diócesis de Nezahualcóyotl estamos muy consternados, y tristes por esta lamentable y dolorosa noticia”, dijo el Obispo Héctor Luis Morales Sánchez de Nezahualcóyotl en un comunicado en el sitio de web de la diócesis. “Elevamos nuestras oraciones a Dios para que le tenga gozando eternamente con Él en su gloria”.

El Obispo Morales también rezo por la familia de P. López, las familias de la diócesis, las autoridades que se esclarezca el crimen y para los que quienes asesinaron el sacerdote.

“Siguiendo el mandato de Nuestro Señor Jesucristo (Mt 18, 22). Oramos también por quienes asesinaron al Pbro. Luis López Villa y se olvidan que somos hermanos, y van sembrando sufrimiento y muerte, para que Dios les conceda el arrepentimiento y el don de la conversión” añadió el obispo. “Oremos por la paz en nuestras familias, el cultivo de los valores y virtudes para que en nuestro país pueda reinar la paz. Recordemos que la paz es un don de Dios, pero también es tarea, compromiso y responsabilidad de todos”.

El P. López nació el 20 de enero, de 1946 en Santiaguillo, Michoacán, y fue ordenado al sacerdocio el 18 de Julio de 1985, en Amecameca, Estado de México.

El Cardenal José Francisco Robles Ortega de Guadalajara, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, expreso su condolencia a los pueblos de la Diócesis Nezahualcóyotl en un comunicado en el sitio de web de la conferencia.

“En estos momentos de sufrimiento los cristianos, con esperanza vemos a Cristo resucitado, estamos ciertos que el mal no vencerá, que la muerte no es el final del mensaje de amor y esperanza que trajo nuestro Señor Jesucristo y que vivió a lo largo de su vida sacerdotal el padre Luis”, dijo el Cardenal Robles. “Pedimos a Dios por su eterno descanso y también pedimos para que el Señor conceda a sus familiares y amigos la fortaleza, la esperanza y el consuelo de la fe”.

El P. López es el último de 18 sacerdotes asesinados desde diciembre del 2012, cuando el presidente Enrique Peña Nieto asumió el poder, según el conteo del Centro Católico Multimedial. Diecisiete sacerdotes fueron asesinados durante el anterior término presidencial de seis años, durante el cual el entonces presidente Felipe Calderón declaró una ofensiva contra los carteles de las drogas.

Una década después, sin embargo, el índice de homicidios de México avanza hacia niveles que sobrepasan los anteriores. México ha registrado 11,155 asesinatos durante los primeros cinco meses del 2017. Mientras tanto, mayo fue el mes con más asesinatos desde que el país comenzó a mantener estas estadísticas en 1997.

Funcionarios de la Iglesia están alarmados por el nivel de violencia en el país y los ataques contra los sacerdotes.

“Nos llega una preocupación”, dijo al periódico Reforma el Obispo Auxiliar Alfonso Miranda Guardiola de Monterrey, secretario general de la Conferencia Episcopado Mexicano. “Por una parte, como se ha dicho, el sacerdote es parte de la ciudadanía y a nivel nacional atravesamos estas dificultades de tanta violencia, crimen organizado, narcotráfico y luego robos, secuestros que desafortunadamente no han cesado”.