El Papa Pablo VI saluda a un niño durante su visita a la Parroquia Jesús Mastro Divino en Roma el 2 de abril del 1972. El Papa Francisco beatificará el Papa Pablo el 19 de octubre durante la última Misa del Sínodo Extraordinario de Obispos sobre jóvenes. (Giancarlo Giuliani/CNS)

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(ACIPrensa) — El 25 de julio de 1968 el próximo santo, el Papa Pablo VI, publicó la encíclica “Humanae Vitae”, sobre la regulación de la natalidad, en un documento profético que sigue siendo actual a 50 años de su lanzamiento.

El pasado 12 de junio los obispos de Polonia se reunieron en sesión extraordinaria para recordar este aniversario. El Arzobispo Henryk Hoser dijo al respecto que “la voz de la encíclica “Humanae Vitae” sobre los resultados de la anticoncepción se reveló como profética, ya que Pablo VI justamente predijo que su aplicación abriría el camino fácil a la infidelidad conyugal y a la disminución general de los nacimientos”.

En su intervención, el Arzobispo Hoser añadió que la encíclica sigue siendo actual, ya que el beato afirma que el amor conyugal “carnal o espiritual, debe combinar estas dos dimensiones” y que debe ser siempre un amor “privado de egoísmo. Es una forma especial de amistad entre las personas en mutua y plena devoción. No todos lo saben, incluso aquellos que se han casado por amor”.

“En tercer lugar (este amor conyugal) es fiel y exclusivo hasta el fin de la vida. En cuarto lugar, se trata de un amor fértil que se dirige hacia su extensión y el despertar de una nueva vida”.

En este foto archivo de 2013, una familia están en su granja en St. Leo, Kansas. (Tyler Orsburn/CNS)

Este último tema fue el centro de las discusiones del congreso internacional realizado en el Centro Pastoral Pablo VI en Brescia (Italia), el 7 de junio para formadores de instructores sobre métodos de regulación natural de la fertilidad.

Giancarla Stevanella, presidenta de la Confederación Italiana de Centros (CIC) para los métodos de regulación natural de la fertilidad, explicó a ACI Stampa — agencia en italiano del Grupo ACI — que el evento se llamó “‘Humanae Vitae’: la fecundidad de una carta encíclica venida del futuro”.

Participaron unos 250 instructores de la regulación natural de la fertilidad, provenientes de varios países de Europa, de la CIC y del Instituto Europeo de Educación Familiar.

“El evento lo hemos vivido como reconocimiento al Beato Pablo VI y su magisterio pontificio, que desde entonces hasta la ‘Amoris Laetitia’ (del Papa Francisco) sigue iluminando la conciencia de la Iglesia y del mundo sobre el delicado tema de la afectividad y la sexualidad”, resaltó.

En su opinión, ha sido “un espacio para convertir reflexiones y testimonios sobre la íntima belleza de la sexualidad a la luz del Evangelio de la vida y del amor conyugal en medio de la cultura dominante”.

“De hecho, ahora en medio de una cultura de relaciones efímeras, es necesario dar a las parejas la posibilidad de una opción consciente respecto a la maternidad y la paternidad responsables, ya que en este mundo los métodos naturales son siempre actuales y responden realmente al deseo de amor vivido en el don total de sí mismo”, indicó.

Para Stevanella, “el camino educativo para una maternidad y una paternidad responsables requiere afrontar esos temas desde la edad juvenil con una formación que se dirija al conocimiento de la propia corporeidad, sexualidad y fecundidad”.

La encíclica “Humanae Vitae” alertó que otras consecuencias del uso de anticonceptivos serían la degradación moral, la pérdida del respeto a la mujer y el uso de estos métodos como políticas de estado.

En el numeral 17 del documento, el beato señala que “el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas”, puede terminar “por perder el respeto a la mujer y, sin preocuparse más de su equilibrio físico y psicológico, llegase a considerarla como simple instrumento de goce egoísta y no como una compañera, respetada y amada”.

El Papa Pablo VI saluda el multitud durante su visita al Cementerio Verano cemetery en Rome en 1973. (Giancarlo Giuliani/CNS)

Una increíble historia y la pasión de Pablo VI

El P. Francesco di Felice, un sacerdote italiano que trabajó en la Secretaría de Estado del Vaticano durante el pontificado del Papa Pablo VI, relató la increíble historia detrás de la “Humanae Vitae”.

Para escribir la carta encíclica “Humanae Vitae” sobre la regulación de la natalidad, el Papa Pablo VI recogió el trabajo iniciado por San Juan XXIII quien creó la “Comisión para el estudio de problemas de población, familia y natalidad” para tener una mejor comprensión de la acción de los anticonceptivos, algo que en la época no era muy conocido.

La Comisión escribió un informe para el Papa Pablo VI — que se filtró a los medios — y que aumentó la presión sobre él. En esencia el informe se dividía en dos partes: la opinión de la mayoría que apoyaba la anticoncepción y su respuesta a la minoría; y la opinión de la minoría que sostenía que los anticonceptivos debían rechazarse de acuerdo a la enseñanza de la Iglesia.

El documento no incluyó la sacramentalidad del matrimonio ni la vocación a la santidad, dijo Katrina Zeno, coordinadora del Centro de Recursos Juan Pablo II de Teología del Cuerpo de la Diócesis de Phoenix.

Antes de la encíclica, Zeno dijo, el desarrollo de la teología del amor conyugal era contractual y jurídica. “Humanae Vitae” es “una profundización de nuestra teología del matrimonio”, dijo. “El amor conyugal es ordenado por la perfección del esposo”.

El Papa Pablo VI saluda una niña durante su visita a la Parroquia San León el Grande en Roma el 31 de marzo del 1968. (Giancarlo Giuliani/CNS)

En declaraciones a ACI Prensa, el P. di Felice explicó que “Pablo VI tomó estos dos documentos, el de la mayoría y el de la minoría, los llevó a su capilla privada y pasó toda la noche en oración, preguntándose ¿qué debo elegir para el bien de las almas?”.

“Entonces, a la luz del alba, a las primeras luces, le vino como una iluminación, una decisión firme, como si le reconfortara el Espíritu Santo, y dijo. ‘¡Esto es lo que debo elegir!’. Y fue una gran elección, porque si nosotros admitíamos el uso de las píldoras que altera el misterio de la vida, el curso natural se alteraría y habría sido un desastre”.

De hecho, como consecuencia de la reacción que recibió el documento a nivel mundial, incluso de importantes teólogos, el Santo Padre no volvería a escribir una encíclica en los 10 años restantes de su pontificado que concluyó en 1978. En los cinco años anteriores había escrito siete encíclicas.

Por todo esto, el entonces Secretario de Estado, el Cardenal Agostino Casaroli, diría luego, que “la mañana del 25 de julio de 1968 Pablo VI celebró la Misa del Espíritu Santo, pidió luz de lo Alto y firmó: firmó su firma más difícil, una de sus firmas más gloriosas. Firmó su propia pasión”.

El aniversario de la “Humanae Vitae” coincide también con la próxima canonización de Pablo VI en una ceremonia que presidirá el Papa Francisco el domingo 14 de octubre, durante el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes.


Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa. Marta Jiménez de ACI Prensa ayudo con este articulo.