[dropcap type=”4″]U[/dropcap]na comunidad remota en los confines del noroecste de Arizona recibe asistencia vital por medio de donaciones caritativas.

La Misión de la Santísima Trinidad en Scenic, Arizona, es parte de la Diócesis de Phoenix y beneficiaria de la Campaña de Caridad y Desarrollo (CDA) anual.

El Padre Alfredo Valdez-Molina, administrador parroquial, dijo que la misión, ubicada en el Condado de Mohave, puede pagar sus cuentas gracias a las donaciones de la CDA.

“El CDA ha ayudado a la misión por muchos años”, dijo el Padre Valdez-Molina. “Estamos agradecidos porque la misión no podría hacerlo solo”.

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CDA 2015

The Charity and Development Appeal supports over 70 community and charitable ­organizations that assist individuals and families in need or in crisis.

Support the CDA: donations.diocesephoenix.org or (602) 354-2218

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En una muestra de gratitud, la comunidad multicultural — la cual incluye a algunos feligreses que manejan desde Utah y Nevada — superó su propia meta este año.

Hasta la fecha, el CDA ha alcanzado el 85 porciento de su meta de $8.3 millones.

Desde su fundación en el 2004, la misión ha aumentado constantemente sus números dentro de su población de habla inglés y español, junto con su capacidad de ofrecer catequesis y la Misa en un edificio nuevo.

Lulú Avila, una catequista de habla inglés, asistió a la dedicación el otoño pasado con una apreciación por un sacerdote a tiempo completo y por un lugar para celebrar la Misa.

La comunidad no incorporada de Scenic está aislada del resto del estado de Arizona debido a su ubicación al norte del Gran Cañón y el Río Colorado.

Cuando Avila buscaba que sus hijos recibieran los sacramentos hace cinco años, le fue difícil; nadie contestaba el teléfono en la misión, y representantes de las parroquias vecinas en Utah y Nevada le decían que no le podían ayudar.

Aunque tardó casi un año, Avila se reunió con la fundadora de la misión, la Hermana Guadalupe Magaña, HJ.

Hablando inglés y español lo mejor que podían, las dos comunicaron sus necesidades mutuas; la Hermana Magaña necesitaba un catequista y Avila acordó ayudarla.

Avila no sólo enseñó a sus hijos, pero también fue catequista de su hermano menor, guiándolos a través de los sacramentos de la Iglesia Católica.

“Me encanta nuestra comunidad y ver cuánto los niños quieren participar”, dijo Avila. “Estos niños tienen hambre de aprender más y ahora quieren empezar a hacer obras de caridad”.

El Diácono Jim Trant, director diocesano de diáconos y coordinador de vida parroquial para la Oficina de ministerio indígena, dijo que las misiones se establecen cuando un área se identifica con necesidades de sacramentos, educación religiosa y formación en un ambiente católico.

“Las misiones son esenciales para las personas que están aisladas y donde no es fácil llegar a la Misa excepto en grandes fiestas o días santos”, dijo. “Sin la misión, la gente probablemente no podría recibir la Eucaristía los domingos”.

El Padre Valdez-Molina describe su comunidad como “pacífica” y “activa”, con muchos voluntarios para ser lectores, cantar en el coro, enseñar el catecismo y limpiar la iglesia.

Su lista de deseos contiene elementos como un par de televisores para clases de religión, un ostensorio para la hostia y mejores bancas, pero tiene un deseo mayor — “enseñar nuestra fe a la gente”.

“Mucha gente trabaja en Nevada y es difícil para ellos”, dijo el Padre Valdez-Molina. “Es difícil planificar para las clases y otros programas”.