El Obispo Olmsted consagra la Diócesis de Phoenix al Inmaculado Corazón de María en evento histórico de oración

Al conmemorarse el pasado 13 de octubre el aniversario número 100 de la sexta y última aparición de Nuestra Señora de Fátima en Portugal a los pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta, el Obispo Thomas J. Olmsted consagró la Diócesis de Phoenix al Inmaculado Corazón de la Virgen María.

El Obispo Thomas J. Olmsted pone una corona a la estatua de Nuestra Señora de Fátima momentos antes que consagro las Diócesis de Phoenix al Inmaculado Corazón de María. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

La consagración, que marcó la culminación de una Novena de 54 Días en toda la diócesis dedicada a la Virgen de Fátima y que inició el pasado 21 de agosto, fue realizada dentro del marco de una celebración Eucarística en la Catedral SS. Simón y Judas, la cual estuvo revestida de una gran solemnidad. La Misa estuvo encabezada por el Obispo Olmsted y el Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares, quienes estuvieron acompañados por casi 40 sacerdotes, decenas de diáconos y religiosas, y por cientos de fervorosos fieles procedentes de diferentes parroquias, y entre los que se encontraban hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos.

Previo a la Santa Misa hubo una procesión en la que participaron los obispos, sacerdotes y diáconos, y en la cual cuatro acólitos llevaban cargada una imagen del Nuestra Señora de Fátima, que fue colocada al lado derecho del altar.

Ante ella, de rodillas el Obispo Thomas J. Olmsted — al igual que el resto de los celebrantes y toda la feligresía — realizó la oración oficial de consagración de esta diócesis al Inmaculado Corazón de María; acto seguido colocó en la cabeza de la Virgen una resplandeciente corona de metal dorado y rezó un Padre Nuestro y 10 Avemarías.

El Obispo Thomas J. Olmsted ruega una década del Rosario durante la consagración publica de la diócesis al Inmaculado Corazón de María en la Catedral SS. Simón y Judas el 13 de octubre. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

El Rosario, un arma para la paz

La Misa solemne de consagración de la Diócesis de Phoenix al Inmaculado Corazón de María fue en inglés; sin embargo, durante su homilía el Obispo Olmsted habló primero en español, y comenzó agradeciendo a todos su asistencia a tan importante acto religioso, recordando que el 13 de octubre de 1917 la Virgen María se apareció por sexta vez a tres niños, a los que les dijo que rezar el Rosario, es un arma eficaz para lograr la paz del mundo y la conversión de los pecadores.

El prelado contó una anécdota de su infancia: “Cuando la Hna. Verónica dijo en mi clase de catecismo que el arma de Dios para la paz era el Rosario, yo estaba fascinado. Aquí estaba un niño listo para hacer algo heróico por Cristo. Así, con entusiasmo acepté la invitación de la hermana para tomar esta arma espiritual, el Rosario, para contribuir a la paz en el mundo y en cada corazón humano”.

Monaguillos colocan una estatua de Nuestra Señora de Fátima a la izquierda del santuario de la Catedral SS. Simón y Judas después de la procesión para la Misa de consagración pública el 13 de octubre. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

El obispo dijo que en la Diócesis de Phoenix “participamos con entusiasmo y alegría en el centenario de Nuestra Señora de Fátima. Acompañamos a la Madre de Dios de la manera que les pidió a los tres niños hacerlo, a través de oración y penitencia, rezar el Rosario cada día por la gracia de la conversión y la paz.

El Obispo Olmsted retomó una reflexión del Papa San Juan Pablo II para resaltar el acontecimiento de la consagración de la Diócesis al Inmaculado Corazón de la Virgen María: “Consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de la Madre significa regresar bajo la cruz del hijo. Significa consagrar este mundo al corazón traspasado del Salvador, trayéndolo de nuevo a la fuente misma de su redención”.

Recordó que el Papa ahora ya canonizado también escribió: “El corazón de María es consciente de esto, más que cualquier otro corazón en todo el universo, visible e invisible. … Ella no sólo nos llama a convertirnos: nos llama a aceptar su ayuda maternal para volver a la fuente de redención”.

Una mujer pone su mano a un escapulario colgando de la estatua de Nuestra Señora de Fátima durante la Misa de consagración pública el 13 de octubre. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

Llamado a la conversión

Por su parte, Monseñor Peter Bui, quien ayudó a organizar la Novena de 54 Días y la consagración, dijo: “En una época en que la humanidad está al borde del precipicio de una guerra mundial, y de ataques a la familia como la pornografía y una carrera desenfrenada del aborto, el mensaje de conversión, oración y penitencia es tan crucial hoy en día como lo era hace 100 años”.

Monseñor Bui es pastor de la Parroquia Espíritu Santo en Tempe, y además es Asesor Teológico de los obispos de la diócesis.

Señaló: “La sociedad — a través del modernismo, el materialismo y el secularismo — se ha apartado de Dios y sólo vive sin ninguna guía moral”.

Fieles de toda la diócesis llenaron por completo la catedral para participar en la consagración pública. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

“El mensaje de Fátima es volver a Dios, la oración y la penitencia. Y eso es lo que necesitamos”, añadió.

La consagración de las personas y la diócesis “nos ayuda a recordar que tenemos una madre poderosa en el cielo, la madre bendita”, manifestó Monseñor Bui.

Así como nuestra madre terrenal está con nosotros especialmente en tiempos de dificultades, la Santísima Virgen María “asume seriamente su rol y su llamado a ser nuestra Madre espiritual. Y la oración nos ayuda a ver eso. Ella está sumamente envuelta en nuestra vida para ayudarnos a conseguir el cielo, y a Jesús”, dijo Monseñor Peter Bui.

El P. Fred Adamson, vicario general diocesano, distribuyó escapularios el término de la Misa. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)
Un niño levanta un escapulario que recibió al final de la Misa de consagración. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

Se sienten bendecidos

Entre los que asistieron al solemne acto litúrgico estaban Hilda Rodríguez y su esposo Saúl Ávalos quienes estaban acompañados de sus cuatro hijos y pertenecen a Catedral SS. Simón y Judas.

La señora Rodríguez dijo: “Nos sentimos bendecidos con la consagración de nuestra diócesis al Inmaculado Corazón, y más por realizarse en una fecha tan importante como es el 13 de octubre”.

Por su parte Laura Tirado, de la Parroquia Santa Inés, manifestó: “Es una gran bendición haber asistido a esta Misa, ahora me voy a mi casa contenta y a tratar de vivir lo que nos dijo el obispo”.

A su vez Enriqueta Méndez, feligrés de la Parroquia San Vicente de Paul, expresó: “Haber venido me causó una gran alegría, ahora a seguir rezando el Rosario para que haya paz en el mundo, que tanta falta nos hace en estos tiempos”.

De rodillas, ante la imagen de Nuestra Señora de Fátima, el Obispo Thomas J. Olmsted dirigió la oración de consagración de la Diócesis de Phoenix al Inmaculado Corazón de María.