Maria Feliciano
Consejera de Servicios Familiares
Cementerio y Casa Funeraria Católica Reyna del Cielo

Desde que llegue al Cementerio y Casa Funeraria Católica Reyna del Cielo hace tres años, sé que lo cierto es que: Dios me puso aquí por una razón.

Mi papá trabajó en una casa funeraria por mas de 30 años, y yo crecí con la experiencia de sentir la alegría que él sentía cada día mientras ayudaba a familias pasar por unos de sus tiempos más difíciles. Siempre supe que yo también quería tener esa experiencia y esa satisfacción que viene con ayudar a otros.

Como católica, me sentí cerca de los cementerios y las casas funerarias católicas porque yo sabía que era un lugar donde yo podría integrar mi fe con mi trabajo. De acuerdo con nuestra misión; aquí tengo la oportunidad de educar a las familias sobre la bendición que es el Rito Funeral Católico. Tengo la oportunidad de ayudarles a planear un servicio que honrará a sus seres queridos con dignidad, fe y amor. Tengo la oportunidad de compartir la carga de su duelo escuchando sus más preciados recuerdos. Puedo servir a otros con compasión y cuidado.

La mejor parte es que no lo hago sola. Cuando me mudé de California a Arizona en busca de mi camino – dejando atrás mi familia más cercana- era un riesgo. Pero yo tuve fe, y eso es lo que me trajo a Reyna del Cielo donde he encontrado una segunda familia tan maravillosa como la mía propia. Aquí soy parte de un equipo increíble que tiene un propósito compartido de hacer todo lo que podamos para ayudar a las familias que entran por nuestras puertas.

Mientras nuestras familias tal vez trabajan directamente conmigo únicamente mientras hacen los arreglos, lo que hacemos aquí es mucho más grande que eso. En Reyna del Cielo hay un equipo de jardineros, personal de la casa funeraria, apoyo administrativo y otros, trabajando juntos para servir a las familias en las secuelas de una perdida y lo que sigue. Todos aquí forman una parte integral en el ministerio de duelo y esto se nota.

Cuando veo hacia atrás entre los giros y vueltas de mi vida que me trajeron hasta aquí, se que es el plan de Dios para mí. Me siento bendecida de apoyar a nuestras familias en su trayecto y no me puedo imaginar haciendo nada más.

Bendiciones.