Por el Padre Paul Sullivan, Iglesia Católica San Gregorio

Para los católicos, el dolor de perder a alguien se atenúa con la esperanza que trae la resurrección de Jesús. Cuando entregamos a nuestro ser querido para que descanse en un cementerio católico, nos consuela aún más contar con un lugar que es suelo consagrado de descanso final y donde también otros descansan que comparten nuestra fe. Esta fe en Dios incluye la resurrección de nuestros cuerpos mortales.

En nuestra fe católica, también tenemos otra tradición que nos brinda consuelo en nuestro tiempo de duelo: el rito funerario católico. Este rito se preparó cuidadosamente para ayudar a guiarnos durante el proceso de duelo consolándonos con el apoyo de otros católicos y recordarnos la esperanza de la vida eterna que Jesús les aseguró a sus fieles seguidores.

La Vigilia reúne a familiares y amigos de los difuntos en oración. Este momento especial también crea una oportunidad para que nuestros seres queridos den reverencia a la vida de la persona fallecida y a aquellos que están de duelo por la pérdida a través de compartir historias. En la Vigilia, la empatía y la compasión de los que los acompañan les recuerda que no están solos en su sufrimiento.

En la Misa de Funeral se nos muestra la salvación que Dios nos ofrece a través del Misterio Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Ofrecer nuestra humanidad a Dios es la oración más grande que podemos ofrecer mientras se lleva a cabo la obra de nuestra redención.

La tercera y última parte del Rito Funerario Católico es el Rito del Sepelio en el cementerio. Si bien despedirnos y colocar a nuestros seres queridos en su lugar de descanso final puede parecer el final, pero en realidad marca el comienzo del período en el que esperamos la vida eterna y nuestra reunión en el cielo. Este precioso don sólo puede ser posible por medio de Jesucristo.

Somos realmente bendecidos de contar con el Rito Funerario Católico, que demuestra la hermosa creencia que tenemos como católicos sobre el amor ilimitado de Dios por nosotros, la promesa de la vida eterna y la dignidad de la persona humana.

Comuníquese con los cementerios y funerarias católicas al (602) 267-3962 o en dopccfh.org.