CHANDLER — Cerca de 1,200 feligreses llenaron la iglesia el domingo para la primera Misa en la iglesia de San Juan Diego, una apertura que reflejó el crecimiento continuo de la Diócesis de Phoenix, al igual que ocurre lo mismo en el área sur de Chandler.

“Yo nunca construí mi propio hogar, pero puedo decir que finalmente construí una casa. Espero les guste”, dijo el P. Dan McBride, párroco, mientras un fuerte aplauso surgió de entre la congregación puesta de pie.


La ocasión marcó un recorrido de 12 años para la Parroquia Santa María, la cual abarca San Juan Diego, y dio a sus 4,700 familias una iglesia más cercana a sus casas.

“Es encantador, ha pasado un largo tiempo”, dijo sonriente Kristin Stoff mientras ella, su esposo sus cuatro niños permanecían de pie afuera de la estructura de $7.2 millones que tomó poco más de un año en ser terminada. Es la tercera iglesia católica en Chandler, uniéndose a Santa María y San Andrés Apóstol.

Iglesia San Juan Diego

3200 S. Cooper Rd., Chandler
Mass Schedule
  • 4 p.m. Vigilia del sábado
    — Inglés
  • 8 a.m. domingo — Inglés
  • 10 a.m. domingo — Inglés
  • 11:30 a.m. domingo — Español
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San Juan Diego, en suyo nombre fue nombrada la iglesia, fue un nativo de México quien tuvo tres visiones de María en 1531. Las noticias sobre las apariciones, confirmadas por los líderes de la Iglesia, ayudaron a atraer a millones de indios a la fe y, eventualmente, llevaron a la canonización de Juan Diego el 31 de Julio de 2002.

La historia de la iglesia de San Juan Diego comenzó poco después de que la diócesis empezara la planeación de un nuevo lugar de culto en el área, dijo el P. McBride.

“Era una parcela de tierra de 10 acres”, recordó.

El 28 de noviembre de 2004, la parroquia comenzó celebrando la Misa en el gimnasio de la Escuela Primaria Navarrete en Chandler, con cerca de 300 familias, a unas 5.8 millas de ahí. Continuaron haciéndolo así mientras la parroquia recolectaba fondos y planeaba la construcción de la nueva iglesia.

Erika Brady, de 16 años, tenía unos cuatro años cuando fueron anunciados los planes de construcción.

“Mis papás habían estado hablando acerca de esta iglesia desde que puedo recordar, así que es genial verlo hecho realidad”, dijo.

Fieles saliendo después de la primera Misa en la Iglesia San Juan Diego en Chandler el 7 de mayo. (Jeff Grant/CATHOLIC SUN)

Con un interior beige claro y exterior de color marrón oscuro, el edificio emplea elementos tradicionales simples de diseños estilo español. Por dentro, sus techos se elevan a 38 pies del nivel del piso en sus puntos más altos.

“Es un techo hermoso; es como si las paredes subieran al cielo”, dijo el P. McBride.

La ausencia de varios objetos, incluso del crucifijo detrás del altar y las estaciones del Viacrucis, indica lo nuevo que es la edificación. Se espera que sean colocados en un par de semanas.

El P. McBride dijo que él mismo fue a México para traer el altar de 400 libras, el cual trasladó por tierra a Arizona utilizando un vehículo con una caja de 17 pies de largo.

El P. Dan McBride, parróco de la Parroquia Santa María en Chandler, celebra la primera Misa en la nueva Iglesia San Juan Diego, la segunda iglesia de la parroquia. (Jeff Grant/CATHOLIC SUN)

A pesar de que la iglesia de San Juan Diego fue equipada con 930 asientos, la capacidad el domingo crecerá a 1,150, una vez que el edificio esté concluido por completo.

Y esto no es todo.

“Una de las cosas más bonitas de esta iglesia es que es expansible”, señaló a la congregación, anotando que la pared posterior puede ser derribada y extenderse 40 pies más.

A parte de sus elementos de diseño, la iglesia tendrá un rol más amplio: ayudando a esos que están dentro de sus paredes a enfocar sus mentes y corazones en la razón por las que ellos vinieron en primer lugar.

“Somos el rebaño de Cristo. A final de cuentas el pastor de nuestra alma es Jesús. Jesús es por quien la iglesia fue construida”, le dijo el P. McBride a la congregación el Domingo del Buen Pastor.

Más temprano, en entrevista por separado, explicó cómo los elementos de una iglesia en construcción pueden llevar a la gente a una experiencia de devoción en la Misa.

“Cuando ellos ven la cruz y un hermoso altar, saben que este lugar es sagrado y dicen que este es un lugar donde nos reunimos con Jesús. No puedes hacer esto por siempre en un gimnasio”, enfatizó.

Mick McLaughlin, de 72 años, había asistido a Misa a al gimnasio Navarrete y mira hacia adelante continuar manejando una hora semanalmente desde su casa en Florence.

“Está lejos, pero es un grupo de gente fantástica. Nosotros hemos sentido mucho aquí como nuestro hogar, desde la gente hasta los sacerdotes. Este es hogar”.