Pueblo de los Estados Unidos y de México participan en la posada en la frontera en medio de Nogales, Arizona, y Nogales, Sonora, México. El evento anual, patrocinado por la Iniciative Kino para la Frontera, y Diocesises sin Fronteras, reflexia sobre las luchas de migrantes y sus familias. (Nancy Wiechec/CNS)

A medida que se avanza la temporada de Adviento, la Hna. Engracia Robles y su equipo de religiosos, religiosas y voluntarios se preparan para “Las Posadas” en el Comedor de la Iniciativa Kino para la Frontera en Nogales, Sonora, ubicada a menos de 200 metros de la frontera entre México y los Estados Unidos.

Las Posadas es una dramatización de cuando la Sagrada Familia buscó refugio en Belén antes del Nacimiento de Jesús. Y así como la Sagrada Familia una vez buscó refugio, unos 600 migrantes aparecen diariamente frente a la puerta del Comedor.

Están hambrientos, con frío, cansados, sin dinero y descorazonados, con la esperanza de encontrar una comida caliente y un lugar para quedarse por unas horas antes de continuar su viaje a los Estados Unidos. Muchos de los que llaman a la puerta de la Hna. Engracia también son mexicanos que han sido deportados y se encuentran solos y en situaciones desesperadas.

“He visto a padres y madres llorando, viendo todo lo que han construido en los Estados Unidos destruido. Se ven aquí sin sus familias, sin sus hogares, y están aquí solos sin nada”, comentó la Hna. Engracia, una Misionera de la Eucaristía.

El pueblo eschuchan a un testimonio de un migrante durante la posada en Nogales, Sonora, México. La conmemoración binacional anual de la busqueda para asila de Maria y Jose fue patrocinado por la Iniciativa Kino para la Frontera, y Diocesises Sin Fronteras, para reflexionar sobre las luchas de migrantes y a sus familias. (Nancy Wiechec/CNS)

Las Posadas binacionales, que fueron celebrados este año el 14 de diciembre, comienzan con una procesión a lo largo del muro fronterizo con unas 150 personas siguiendo a ambos lados como una forma de unir a personas de ambos países. Los voluntarios locales de una escuela secundaria juegan el papel de la Sagrada Familia; María encinta va montada en un burro, mientras que José lidera el camino.

La primera estación tiene lugar a lo largo de la frontera, la Sagrada Familia en el lado mexicano pide “posada” o refugio a los del lado estadounidense, y siguiendo la tradición, son rechazados. La caminata de la Sagrada Familia pidiendo refugio de un país a otro tiene mucho simbolismo para la Hna. Engracia y otros, que a menudo ven a miles de migrantes esperanzados enfrentando dificultades para llegar a los Estados Unidos.

“México pide a los Estados Unidos posada y luego la parte estadounidense responde. Es como si América Latina le pidiera refugio a los Estados Unidos”, comentó la Hna. Engracia.

Las oraciones y reflexiones de Las Posadas redactadas por la religiosa se centran en los temas más apremiantes a los que se enfrentan los inmigrantes. Este año se centraron en el asilo. Otros años se han centrado en las separaciones familiares.

Saúl González, y Kenia Salas, juegen los papeles de José y María en una posada ajunto el seto de la frontera internacional en Nogales, Sonora, México. (Nancy Wiechec/CNS)

“Lo que me inspira es el deseo de justicia. Sé que es una utopía, pero quiero hacer visibles las realidades de aquellos que buscan asilo, de los migrantes que caminan por el desierto y son rechazados. Los migrantes experimentan muchas situaciones de injusticia”, dijo la Hna. Engracia.

La procesión continúa en el lado mexicano, y además de los migrantes, locales y voluntarios, muchos Católicos desde la Diócesis de Phoenix y la Diócesis de Tucson participan en la procesión de una milla en las que van recitando oraciones y cantando villancicos tradicionales a lo largo de seis estaciones. El ambiente es reflexivo, celebrativo y lleno de esperanza, particularmente entre aquellos que en breve continuarán su camino hacia un futuro incierto.

Las Posadas terminan en el Comedor, donde comienza la celebración Navideña y los migrantes disfrutan de comidas tradicionales como pavo y tamales preparadas por docenas de voluntarios; mientras los niños esperan por dulces y sorpresas mientras se turnan para romper la piñata. 

Kenia Salas mira al multidud durante la posada binacional en Nogales, Sonora, México. La conmemoración binacional anual de la busqueda para asila de Maria y Jose fue patrocinado por la Iniciativa Kino para la Frontera, y Diocesises Sin Fronteras, para reflexionar sobre las luchas de migrantes y a sus familias. (Nancy Wiechec/CNS)

Durante la celebración, los participantes también escuchan una reflexión e historia de un migrante como ellos. El testimonio tiene como objetivo darles fortaleza y esperanza, y saber que no están solos.

La Hna. Engracia, quien ha trabajado en el Comedor desde sus inicios, dice que siempre se sorprende por la resiliencia emocional y la fuerte fe que muestran la mayoría de los migrantes.

“La fe de los deportados y migrantes es admirable. Son capaces de reír, disfrutar y gozar. Es como si olvidaran o no vieran con tanta gravedad su situación”, agregó la Hna. Engracia. “Siempre dicen, ‘confiamos en Dios’ o ‘Dios tiene un plan’. Los veo que viven la vida con alegría y gozo, yo los admiro”.

La Iniciativa Kino para la Frontera fue establecida en el 2009 por la provincia de California de la Compañía de Jesús (qué sirve la Parroquia San Francisco Xavier en Phoenix y a la vecina Escuela Preparatoria Brophy), el Servicio Jesuita a Refugiados, las Hermanas Misioneras de la Eucaristía, la provincia mexicana de la Compañía de Jesús, la Diócesis de Tucson, y la Diócesis de Nogales, Sonora, México.


— Por Norma Montenegro Flynn, Catholic News Service. Norma Montenegro Flynn es una periodista católica independiente.