Por Tony Gutiérrez, El Sol Católico

PHOENIX – Viri González, de 29 años, dijo que su padre casi muere por COVID-19, el da el crédito de su vida por la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe. Entonces, era feliz al bailar en la celebración anual Honra a Tu Madre de la Diócesis de Phoenix.

Participar en la celebración era su manera para dar gracias y enseñar su amor por Nuestra Señora de Guadalupe, dijo González, quien asiste a la Parroquia Santa Catalina de Siena en el Sur de Phoenix.

“Significa que será capaz de darle gracias por todas las bendiciones que nos ha dado”, dijo González en una mezcla de inglés y español. “Ella es la madre de Jesús, y la una a quien siempre venimos a apoyar y a dar nuestro amor. Ser capaz de venir y dar nuestro amor a la Señora de Guadalupe es muy importante para mí”.

La procesión anual tomó un hiato el año pasado, y en su lugar, una novena diocesana fue celebrada virtualmente debido a la pandemia COVID-19. Este año, el desfile se celebró el 4 de diciembre, con las oraciones de la novena rezadas cada día en una parroquia diferente a través de la diócesis, culminante con el 12 de diciembre, la Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe. El desfile concluyó con una Misa al aire libre celebrada en la calle al medio del Centro de Convenciones de Phoenix y la Basílica Santa María.

En su homilía bilingüe, el Muy Reverendo Fernando Camou, rector de la Catedral Ss. Simón y Judas, recordó a la congregación que cuando Nuestra Señora de Guadalupe apareció a San Juan Diego en 1531 en lo que es ahora México, era un tiempo muy caótico. En el caótico no solamente existía una sociedad que practico el sacrificio humano por siglo y una plaga que era decimando la población indígena, pero también, al otro lado del océano, donde millones de europeos eran saliendo de la Iglesia Católica después de la Reformación Protestante.

“¿Qué hace Dios en medio de tanta violencia, y luego en medio de la perdido de la fe?”, pidió el Padre Camou en inglés. “Primero vea a la humillación de Sus siervos. Envió a María, quien era la primera a decir que el Señor ha visto su humillación, y fuera llenada con esperanza.

“Cuando no aceptamos la pobreza que tenemos, sea pobreza de finanzas, sea pobreza de familia, sea pobreza espiritual, vamos a mantener una falsa esperanza”, añadió el sacerdote en español.

Recordó la desesperación que tenía San Juan Diego cuando su tío estaba muriendo: “¿No estoy yo aquí? ¿No soy yo tu salud?’ Ella puede decir lo mismo a ti y a mí”.

“Habiendo recordado y arrepentidos de nuestra falta de fe, de la fe falsa, es ahora tiempo de renovar la fe verdadera. Poner todo nuestro miedo y temor en este altar, y ofrecerlo como sacrificio”, dijo el Padre Camou. “Ese es el sacrificio aceptable para nuestro Dios. Él no busca sacrificios humanos; busca el sacrificio de sus temores, de sus desesperaciones, de las situaciones que parece que no tienen solución”.

Luis Villalobos, de la Parroquia San Antonio, dijo que estaba muy emocionado para participar este año. Su esposa, Sylvia, es líder de La Danza de la Morenita de Tepeyac, donde su hija Juliana baila y enseña nuevos bailadores, y su nieto de 12 años, Ynocc, toca los tambores.

“Yo creo que es algo grande”, dijo Villalobos sobre la celebración. “Ya podemos festejar todos juntos otra vez, y esperemos que pronto pase esta pandemia”.

La Hermana Fátima Chávez una postulante con las Misioneras Carmelitas de Santa Teresa del Niño Jesús que sirven en la Parroquia San Daniel el Profeta, en Scottsdale, asistió Honra a Tu Madre por la primera vez, después de haber llegando a la diócesis desde Oklahoma City en octubre.

“Yo creo que es muy importante por la libertad que tenemos como en estos tiempos de poder demostrar nuestra fe como lo es, con esa alegría y con ese gozo y más a nuestra madre María”, dijo la Hna. Fátima. “Como dijo San Juan Pablo II, ‘Ahora tú serás mi madre’. Entonces la adoptamos como eso, lo vivimos como eso, y pues, ponemos toda nuestra esperanza en ella”.

Nuestra Señora de Guadalupe es una patrona ideal para la Diócesis de Phoenix, dijo el Obispo Thomas J. Olmsted, quien celebro la Misa. Como ella entró a un mundo caótico en el siglo XVI, “Ella es una ejempla perfecta para nosotros hoy porque vivimos en una cultura de la muerte”, dijo. “Entro en una cultura de la muerte como una señal de cómo debemos transformarla, al traernos el Señor Jesús estando embarazada”.

El Obispo Rafael Cob García, el vicario apostólico del Vicariato Apostólico de Puyo, Ecuador, también concelebro la liturgia por la invitación de los Ministerios de María, un apostolado local que ayuda organizar el evento cada año.

“Soy muy devoto de la Virgen, también de Guadalupe. Era una ocasión que no podía perderme”, dijo. “Se ve la alegría del pueblo y la fe del pueblo Católico de Phoenix”.