El Padre Cruzado Hubert Kavusa ofrece el sacramento de la Unción de los Enfermos durante la Misa anual por el Día Mundial del Enfermo el 9 de febrero en la Catedral Ss. Simón y Judas. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

Como el pastor que cuida sus ovejas y apacienta el rebaño, el Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares, ofreció palabras de apoyo y aliento a los enfermos que asistieron a la Misa de Sanación y Unción con motivo del Día Mundial del Enfermo que se celebra en la Diócesis de Phoenix cada año auspiciada por la Orden de Malta.

“Ustedes no están solos. Dios vino a consolar a los afligidos, a liberar a los cautivos y a traer la Buena Nueva a los desamparados”, les dijo durante la homilía a las decenas de enfermos que participaron en la celebración Eucarística el 9 de febrero en la Catedral Ss. Simón y Judas. Entre ellos habían hombres, mujeres y niños quienes salieron reconfortados tras escuchar a su pastor y recibir el sacramento de la Unción de los Enfermos.

El Obispo Nevares recordó que ante los sufrimientos a causa de alguna enfermedad algunas personas caen en la tentación de cuestionar: “¿Qué pasa? Rezo, rezo y rezo y parece que Dios no me escucha. ¿Donde ésta?”

Pero les aseguró que “ustedes no están solos”, al subrayar que “por el sufrimiento somos víctimas con Jesús para la salvación del mundo”.

Y recalcó que en medio de nuestros sufrimientos y dolencias “Dios sí escucha nuestras oraciones y nos contesta según Su santa voluntad. Dios está con nosotros, nunca nos abandona. … Tenemos fe que Dios siempre nos escucha”.

En su mensaje el obispo expresó ante los fieles que escuchaban atentos: “Ofrecemos nuestros sufrimientos unidos a los de Cristo, así traemos gracia para nosotros y el mundo”.

Cabe mencionar que muchos de los que acudieron para comulgar y recibir la Unción de los Enfermos arribaron apoyados en bastones o andaderas, algunos en silla de ruedas y otros más llevados por cuidadores o familiares.

A todos ellos el Obispo Nevares les dijo: “Dios viene para dar consuelo a todos los que sufren. … El cuerpo se desgasta, pero el espíritu sigue rejuveneciendo. No se desesperen ni pierdan la esperanza. La fe es nuestra fortaleza y Él nos da la gracia de soportar los sufrimientos”.

Una vez que concluyó la homilía el obispo y otros varios sacerdotes concelebrantes procedieron a administrar la Unción de los Enfermos a todos los que, con fe y devoción la recibieron, algunos embargados por la emoción que no pudieron contener las lágrimas; enseguida continuó la Misa, al final de la cual hubo una feria de salud en la que diferentes agencias promovieron sus servicios.

El Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares bendice a Miah Penaloza, 10 años de edad, después de la Misa anual por el Día Mundial del Enfermo el 9 de febrero en la Catedral Ss. Simón y Judas. (Billy Hardiman/CATHOLIC SUN)

También al término de la Eucaristía el Obispo Nevares dirigió una bendición especial por todas aquellas personas que cuidan de los enfermos, a quienes les aseguró que Dios les recompensará su dedicación.

Bartha Morales, quien es feligrés de la Parroquia San Gregorio acudió por vez primera a Misa de Sanación y Unción.“Me voy fortalecida y llena de fe luego de escuchar las palabras del señor obispo”, dijo Morales. “Ofrezco mis sufrimientos por amor a Dios”.Dijo que durante 30 años ha padecido escleroderma, una rara enfermedad que afecta la sangre y el color de la piel.

Ofelia López tiene 10 años cuidando a una mujer que está enferma de cáncer y antes ya había cuidado otra. La feligrés de Ss. Simón y Judas comentó: “Las palabras del obispo dan consuelo y paz no solamente a los enfermos, sino también a los que cuidamos de ellos”.

Muchos de los que asistieron a la Misa recibieron botellitas con agua bendita traída de Lourdes, Francia, del lugar donde se apareció la Virgen de Lourdes; también escribieron en papelitos peticiones especiales que llevarán a Lourdes miembros de la Orden de Malta.

“Nuestra Misa de cada año es para pedir por la sanación del cuerpo y del alma, esto es una forma compartir con los enfermos la misericordia de Dios”, dijo la Dra. María Chavira, quien es miembro de la Orden de Malta y además es canciller de la Diócesis de Phoenix.